sábado, 13 de diciembre de 2014

Lo que tiene el viento

Montando una ilusión
dentro de un vaso
de cristal
por abrirle las puertas
a un búho
que solo miraba directo
en las noches.

Creo que me enamoré
de una posibilidad
tal vez del pelo, del cuerpo
de una caricia fugaz
miserable por aferrarse a ello
y perder el eje,
extraviarse en extraños
dolores de estómago
para encontrarme
en alguna esquina de la ciudad
fumando un cigarro
hablándole a los espejismos,
riendo a solas por el insano deporte
de esperarla a ver si llegaba lumbre
que me diera más fuerza para el camino:
error de cálculo
destinar tantas palabras que mueren
como peces sin oxígeno
asfixiadas en su esterilidad
propia de la superficie de [este intento].

Tanta pesadumbre en resumen
por la limpieza de los sonidos

En mi vereda, los movimientos
se estremecen,
las dudas son solo tropiezos
producto de vejez en el pavimento,
mi puño tiene tanta rabia
y tanto amor por florecer
para quedarse dormido en una nube
en una mujer que ama el recuerdo
de lo que fue
mientras yo sólo quiero derribar
más y más muros
quebrarle el anzuelo
a los repartidores de migajas
abrirle el pecho
a mi insensible clientela de podridas costumbres.

A flor de piel te disparo estos versos,
para que este intento de mostrarte mi verdad
no se quede
                  solamente
                             en poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario