domingo, 9 de marzo de 2014

Trasdías

Para cuando vuelva a su casa
abrirá el velador
y encontrará
la misma carta
-de puño y letra-
hallará entre medio de la ropa
repartida cual pintura abstracta
un vaso de vino de hace tres meses
evaporándose,
se arropará el cansancio
de una jornada en que llegar
a la cima sería el último remedio
a favor del olvido.

Pero le teme a los espejos.
Por eso mira al sol fijamente
y se causa glaucoma.
Entonces le juega
una partida de póquer
al ciclo de la lluvia
y le sonríe
con una mueca dentro de un bozal.

Y me pregunto: ¿cuándo parará la tormenta?