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Rechaza el chupete
la caricia acomodada
se acabaron los llantos
por nada

Pena.
Que sea tuya
y compartida
deja el sostén
que te proponen
sus cadenas.

No las tomes.
Muérdelas por amor
a no doblegarte
escapa no escapes
enfréntalo.

Abandona los brazos
aprende lo importante
del hombre
su historia
sus pasos
no gatees
si se puede
caminar,
si se puede
caminar
sin miedo
a equivocarse.

La vida un ajedrez

Demandan los tiempos
saltar en cuadros
blancos y negros
sortear lo que no es azar
sin dejar de percibir
el olor a tierra húmeda
en medio de la ciudad.

La vida un ajedrez
una trampa conciente
una sonrisa de verano
y de chocolate que se derrite
dulce mentira,
que ostenta con recelo
miles de sabores desconocidos;
olor a sudor, metal y polvo
un carro arrastrado
por caballos que arrasan
con reyes y reinas
de ambos bandos,
el secreto:
los más sencillos
se desnudaron
queriendo romper el tablero.

Jaque mate
      al juego.-

"La revolución
comienza por casa"
alfiles como alfileres
afilados al fin
para cruzar el corazón
de ese cuerpo pesado
un golpe sutil
el beso de Judas
medido en otros parámetros.

Mi antipatía
a los finales felices
los ojos de odio
de ese poeta,
los ojos de un infante
descubriendo telarañas,
no da espacio
a ilusiones
ni cantos de sirena.

El ajedrecista de libreto
no sabría cómo hacer
esta travesía.

Demandan los tiempos
que se cierre el tiempo
de algunas dudas,
un ciclo que va
desde el triciclo
a la cuerda floja:
único modo
de apostar
por la estrategia correcta.

Las fronteras de Dios

Fuera de la tierra
Dios no está
en su jurisdicción.

Es que el absoluto
que domina
es sólo una idea
de globo terráqueo
y raquíticos
bailarines de la Blondie
besándose a la luz
de la bola disco
que los consagró
en comunión.

¿Cuándo se Irán los velos
de las caras
de las sincaras ¡POR DIOS!?

De seguro
cuando una porción
del hombre
colonice asteroides
se dira que Él
estuvo detrás de todo
y así extenderán su
Fundo.

Presión

Dedicado a los 33 mineros atrapados por la injusticia patronal en la mina San José, Copiapó, Chile.


Las calderas suenan goteras
la piedra se posa sobre la piedra
arrean la pesadumbre
de los pasajes
mientras en un cielo la luz
una idea de volver
desde el infierno muerte segura
se mantiene como hipotesis
de quienes no figuramos
en esa lista.

Es la presión
que arranca
de la contemplación
los dientes en calma
de los perros
que nos cruzan
con rabia.

Un siglo y más
escupiendo asbesto
tierra basura
pena piedras
muerte,
para volver
a rasguñar la vida
en vida y sin vida, casi.