sábado, 5 de noviembre de 2016

Altura de Miras

Si vas al centro de la ciudad
se puede observar cuántos edificios
comienzan a elevarse en forma
simultánea.

Cuando vas pasando por debajo de uno
a veces caen personas como sacos de harina.

Los demás siguen caminando

Miran sus celulares

No importa cuántos muertos más
se sigan construyendo
en la demolición de sueños
que cruza Santiago.

Todos aman apoyando sus caras
detrás de la vitrina
mientras llueve,
y el barro es la ley
en aquellos lugares
que están fuera
de tus redes sociales.

Ahí donde se ven caras de personas,
no de personajes.

¿A quién le importa tu vida
o la mía
si de todas formas
el abrazo fraterno
esconde tras de sí
las cifras de productividad
que te ponen en una competencia
absurda, peor aún cuando la aceptas?

Sí, es que entre hombres
debemos olernos el pH
a ver quién representa
el escalón más alto del alfabeto griego.

No hay espacio para tristezas, no.
Se debe cumplir el rol histórico,
ser gorilas resistiendo en los hombros
la viga del piso 20
del cual harás un clavado hacia el infinito,
joven sensible.

sábado, 4 de junio de 2016

Julio comienza en Junio

Clavos en los zapatos
gigantes manos
tomándose la cabeza
la mirada en el espejo
sin ojos
sin llanto.

Repartirse la furia
en vendavales
de pensamientos
gritar de espanto
de negación
de nunca más
de cerrar la puerta
y caminar hacia delante
de nunca más para atrás.

Observo desteñido
este propio instante
en donde quisiera
estar más ausente
que nunca
de todos los deberes
de los rostros mochila
que cargo cuando acepto
que nada me parece tan aceptable
y solamente quisiera flotar
tomado de la baranda
de una estufa a leña
abrigado, mirando
por la ventana
la carretera
y el lago con flamencos.

martes, 16 de febrero de 2016

Regalos imprevistos

Hay tesoros escondidos
en el fondo
de los bolsillos
en las ropas
en los utensilios en desuso.

Tesoros que son la gloria
o el veneno más placentero,
una elección de jugar el juego
y si no se quiere seguir eligiendo
romper el tablero a gusto.

Un tesoro
que nos ayude
a cruzar el río
reírse
o aliviarse, porque
a veces necesitamos
ese empujoncito
que nos devuelva el brillo
que nos quita la locura
de las burocracias chilenas
y los libretos aprendidos
sobre el silencio.

Como un te quiero guardado de hace años
entre muebles y recuerdos con olor a polvo
esperando alguien escucharlo.



viernes, 15 de enero de 2016

Difuminado

Estoy en otro día
en el día siguiente
quizás en la micro serpiente
o sentado en una pileta
tirándole monedas a la tía suerte
comiéndome un helado
o cortando la circulación
vehicular en medio
de la Alameda a pleno sol

Pero no
en esta silla
modelo Sputnik
a punto
de lanzarme
a la desesperanza total.