sábado, 28 de octubre de 2017

Anemoi

El espirítu del viento
nos saca de las quietudes
se lleva algo de nosotros
como las fragancias frescas
como cartas recién escritas

Nos habla en su lenguaje
de susurros que son ojos

No hay lugares de encierro
cuando entra en polvareda
bailando hacia los 8 puntos cardinales
cosidos en su piel
el viento
tan suyo y de paso.

lunes, 19 de junio de 2017

Pez pájaro

Mamá pájara
Mama mar
dime por qué mi pecho de volcán
y lava
se vuelve piedra cada vez que amenaza el frío

La desilusión le quita el brillo
a mis ojos de niño
frágiles porque solo aprendieron
formas de acercarse sin muralla
y ahora estatuas, miran hacia el sur
y ya no saben si este ciclo
de primaveras fuera de estación
pueda transformarse
en los otoños
que tanto han indeseado

Hojas y pétalos mi lengua seca
sin pronunciar las palabras escribiéndolas


Mama pájara
Mama mar
enséñenme el camino de vuelta
a mis elementos,
tantos años
estuve en la ciudad
que aprendí entre los seres vivos
a tenerle mucho miedo al dolor.
Estas latitudes han sido azotadas
como pocas al daño,
y no quisiera dejar de fluir y volar
con la misma ligereza de estos vientos llenos de calma.

viernes, 31 de marzo de 2017

Movimiento, acción y viento

Por apuro les digo
que me tomo todo el tiempo
poesía que baja estencileada
en los rodillos
de mi infancia
tantos papeles al viento como tazos golpeados a la vuelta.

De puro apurado
caminando doy pequeños saltos
sin siquiera darle el gusto -oiga bien señor don conformismo-
de mirar hacia atrás
aunque la colina o la bilirrubina o cuando te miro y no me miras
se incendie, de puro apuro depurando el fuego en la rabia.

No te quiero hablar, pero igual te escucho
no te quiero escuchar, pero te escribo incluso
entre los márgenes de los anillos del cuaderno,
cincelando año tras año el encierro.

Así me criaron los gitanos y los piratas
sin temores ni regresos
aunque la pena retorciera
o el sol inflamara aún más que la ausencia.

En buena noche
los becerros
los cabros
los no tan cabros en el pasto tirados
y nosotras, las reinas magas
de frac y sonrisa arcoiris.

A lo vio nomah, de apuro
le pintamos la cara
a este mundo agriado.

lunes, 27 de marzo de 2017

Anotaciones de infancia

Veía los colores como calores

sábado, 5 de noviembre de 2016

Altura de Miras

Si vas al centro de la ciudad
se puede observar cuántos edificios
comienzan a elevarse en forma
simultánea.

Cuando vas pasando por debajo de uno
a veces caen personas como sacos de harina.

Los demás siguen caminando

Miran sus celulares

No importa cuántos muertos más
se sigan construyendo
en la demolición de sueños
que cruza Santiago.

Todos aman apoyando sus caras
detrás de la vitrina
mientras llueve,
y el barro es la ley
en aquellos lugares
que están fuera
de tus redes sociales.

Ahí donde se ven caras de personas,
no de personajes.

¿A quién le importa tu vida
o la mía
si de todas formas
el abrazo fraterno
esconde tras de sí
las cifras de productividad
que te ponen en una competencia
absurda, peor aún cuando la aceptas?

Sí, es que entre hombres
debemos olernos el pH
a ver quién representa
el escalón más alto del alfabeto griego.

No hay espacio para tristezas, no.
Se debe cumplir el rol histórico,
ser gorilas resistiendo en los hombros
la viga del piso 20
del cual harás un clavado hacia el infinito,
joven sensible.

sábado, 4 de junio de 2016

Julio comienza en Junio

Clavos en los zapatos
gigantes manos
tomándose la cabeza
la mirada en el espejo
sin ojos
sin llanto.

Repartirse la furia
en vendavales
de pensamientos
gritar de espanto
de negación
de nunca más
de cerrar la puerta
y caminar hacia delante
de nunca más para atrás.

Observo desteñido
este propio instante
en donde quisiera
estar más ausente
que nunca
de todos los deberes
de los rostros mochila
que cargo cuando acepto
que nada me parece tan aceptable
y solamente quisiera flotar
tomado de la baranda
de una estufa a leña
abrigado, mirando
por la ventana
la carretera
y el lago con flamencos.

martes, 16 de febrero de 2016

Regalos imprevistos

Hay tesoros escondidos
en el fondo
de los bolsillos
en las ropas
en los utensilios en desuso.

Tesoros que son la gloria
o el veneno más placentero,
una elección de jugar el juego
y si no se quiere seguir eligiendo
romper el tablero a gusto.

Un tesoro
que nos ayude
a cruzar el río
reírse
o aliviarse, porque
a veces necesitamos
ese empujoncito
que nos devuelva el brillo
que nos quita la locura
de las burocracias chilenas
y los libretos aprendidos
sobre el silencio.

Como un te quiero guardado de hace años
entre muebles y recuerdos con olor a polvo
esperando alguien escucharlo.