martes, 19 de mayo de 2009

Pacto por omisión del dolor

Toda la mano se vuelve de rabia
al mover debajo del polvo
aquel secreto bien mentido...

bien mentado, además,
por acróbatas del olvido
y sigilosos apretones de mano...

apretones de monos con navajas
capaces de vender la esperanza
de miles de monedas de cambio, para ellos...

monedas llamadas mineros
trabajadores del retail,
de afps, de la construcción

monedas llamadas tú,
decepcionado de esos panzones
que dijeron apoyarte
(mientras pactaban con el diablo cristiano)
(mientras pactaban con la dictadura oculta)
tranformándote en payaso sin serlo,
ni optarlo,
en una función sin luces panorámicas,
sin tu actuación estelar
porque esta función ya estaba pagada
para intereses de otros
que te enseñaron a alzar tus brazos
para sacarte de los bolsillos
las pocas fuerzas que te van quedando...

pero que aún conservas
y por las cuales te escribo,
porque, a pesar de la trata maldita,
por debajo de la falda,
el elemento clave es nuestra voluntad,
de elevar la lucha
por encima de la desgracia
que próximamente caerá
para alzarnos juntos en una nueva revolución.

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