viernes, 22 de mayo de 2015

Los esquiroles

Los esquiroles descienden
de las madrugadas
en que el frío
taladra las puntas
de los meñiques.
Son capaces
de aprender los viejos trucos
de la maestranza.

Es en tu humildad
la puerta abierta
para beber el néctar
de tu corazón.

Ya aprendida la magia,
y superada cualquier
reprimenda
-traviesos del dinero-
manejan a la perfección
el libreto:
sonreír, sonreír, sonreír
sin ton ni son
a pesar del sabor a frutas
que trajeron
a estas tierras
para reproducir
el sueño americano.

Los esquiroles
perdieron el tacto.
Los billetes
no caben en tan poco cuero.
Fue un burdo negocio
ser el gato preferido
del dueño.

Por eso les conjuro:
cuidado con
aprenderse de memoria
el olvido
de un día
en que fuimos compañeros.

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